Cuando preparé el pan girasol, me quedé con todas las ganas de hacer una versión dulce y esta tarde que vamos a reunirnos para merendar, es la ocasión perfecta. A todos les gusta la bollería y especialmente a mis hermanas, los bollos de canela les encantan.
Dejar en sitio templado hasta que doble el volumen. Amasar ligeramente y dividir la masa en dos partes, dividir una en otras tres y hacer bolas que se aplastan hasta formar círculos de unos 20 cm de diámetro, colocar el primero en una bandeja de horno cubierta con papel vegeta, pintar con mantequilla blanda y espolvorear con la mezcla de azúcar y canela, poner encima otra, volver a pintar y espolvorear, la última se extiende un poco más grande y se pone encima. Se hacen cuatro cortes con un cuchillo afilado sin llegar a los bordes y los picos se doblan hacia afuera.
La otra mitad, se divide en cuatro partes, se reserva una y con las otras tres, se repite la operación, poniéndolas en el hueco que ha quedado al abrir la masa. La bola reservada se coloca en el centro.
Se deja reposar cubierto de un paño limpio, cuando ha vuelto a subir, se pinta todo con huevo batido, insistiendo en el centro para que quede bien adherida una capita de mezcla de azúcar y canela.
Se cuece en el horno precalentado a 190º durante 20 o 25 minutos, hasta que esté bien dorada.