Mis dos sobrinos han estado estas vacaciones de Semana Santa, sin salir apenas de casa por el mal tiempo, pensé que sería buena idea que vinieran el domingo pasado a hacer galletas conmigo.
Vinieron temprano a pesar del cambio de hora, después de desayunar se pusieron manos a la obra. Les saqué todos mis cortadores, ellos eligieron los que más les gustaron y cuando las galletas estuvieron cocidas y frías, decoraron con glasa unas cuantas.
Pasamos una mañana estupenda, para ellos fue divertido y para mí también, espero que se repita pronto.