La tarta de cerezas es una receta muy americana, no la había preparado nunca y no recuerdo haberla probado. Como todos los pies, tiene un exterior crujiente y un relleno muy jugoso, una combinación buenísima. Al estar fuera de temporada, he utilizado cerezas en conserva. Puedo imaginar como estará con cerezas frescas, habrá que esperar que llegue la primavera.
Esta receta está basada en el cherry pie del Cookbook de Betty Croquer, aunque no he puesto mantequilla y he cambiado algunas cosas más.
Pasta quebrada
- 220 g de harina
- 90 g de mantequilla
- 1 vasito de agua fría
- 1 pizca de sal
Poner la harina en una ensaladera, espolvorear con la sal, añadir la mantequilla en trocitos. Mezclar hasta que parezca serrín, añadir el agua en tres veces, formar una bola y dejar tapada en sitio fresco durante media hora. Extender con un rodillo y cortar dos círculos uno un poco mayor que otro. Forrar un molde de cm de diámetro con el círculo mayor. Con el menor hacer tiras de dos centímetros de ancho. Sobre un papel vegetal, cruzar las tiras formando un enrejado. Poner en frío mientras se prepara el relleno
Relleno
- 1 bote de cerezas ácidas
- 2 cucharadas de maizena
- 40 g de azúcar
- 175 ml de almíbar
- 1 cucharada de zumo de limón
Escurrir las cerezas, recoger el almíbar en un cuenco. Medir 175 ml del líquido, separar un poco y poner a hervir el resto con el azúcar. Desleir la maizena en el almíbar reservado y en el zumo de limón. Echar sobre el líquido hirviendo, remover sin parar hasta que espese. Dejar enfriar. Mientras rellenar la tartaleta con las cerezas y cubrir con la crema fría. Tapar con la rejilla y sellar los bordes apretando la masa.
Cocer en el horno precalentado a 180º durante 40 o 50 minutos, hasta que la masa se dore un poco y el relleno empiece a burbujear por los huecos de la rejilla.