Preparé estos bizcochitos-pastas para llevar a una cena informal, una de las primeras noches calurosas de la primavera, muy cómodo porque no hay que pensar en platos, cubiertos, ni repartir, se cogen con la mano y se toman en dos bocados.
Cubierta
40 g de avellanas picadas gruesas
20 g de almendra laminada
30 g de azúcar moreno
1 cucharadita de semillas de lino
50 g de harina
50 g de mantequilla blanda
Se mezcla primero la mantequilla con la harina y el azúcar hasta que parezca serrín y se añaden los frutos secos. Se deja en espera hasta el momento de usar.
Masa
100 g d mantequilla
180 de azúcar moreno
1 huevo
1 yema
150 g de harina
30 g de almendra molida
1 cucharadita de levadura en polvo
1 cucharadita de canela molida
20 g de almendras en cubos
50 g de pasas
20 g de avellanas picadas
2 cucharadas de coñac
Dejar en remojo las pasas en el coñac mientras se prepara la masa.
Poner la mantequilla y el azúcar en una sartén a fuego lento, remover hasta que el azúcar se disuelva, dejar enfriar 10 minutos y añadir el huevo y la yema.
Tamizar la harina con la almendra molida, la levadura y la canela, incorporar a la mezcla anterior y por último los frutos secos y las pasas sin escurrir.
Engrasar y enharinar un molde rectangular, echar la mezcla y alisar la superficie con una espátula. Repartir por encima la mezcla de frutos secos.
Poner en el horno precalentado a 180º durante 20 o 25 minutos, hasta que esté dorada la superficie, comprobar si está hecho pinchando con un palillo.
Separar de las paredes del molde con un cuchillo de punta redonda para no rayar el molde y desmoldar sobre una rejilla.
Cuando esté completamente frío cortar en cuadrados y poner en moldes de papel. Salieron veinte porciones, sin contar con los bordes que los dejé en casa. Estaban muy ricos con la cubierta de frutos secos tostados y el sabor a canela, mi sobrina les encontró parecido con los dulces árabes.