Hice esta tarta para que mis tías probaran el hojaldre casero. Preparé un hojaldre rápido porque con este calor, no me atreví con el auténtico. Este hojaldre es más fácil de hacer y también da muy buen resultado en una tarta con relleno. El crujiente del hojaldre caramelizado combina estupendamente con el relleno tierno y jugoso de mazapán y cerezas.
Hojaldre
- 400 harina
- 360 g de manteca
- 200 ml de agua
- 1 chorrito de limón
- 10 g de sal
Hay que trabajar en un sitio lo más fresco posible.
Mezclar la harina y la sal, hacer un montón sobre la mesa, repartir por encima la manteca cortada en trocitos, mezclar ligeramente con un cuchillo o rasqueta, añadir el zumo de limón y el agua en varias veces, hasta que se una la masa.
Poner en la mesa enharinada dándole forma cuadrada, después se extiende con el rodillo bien enharinado hasta formar un rectángulo, que se dobla en tres, primero un lado hacia el centro y el otro lado sobre el primero, Dejar reposar en frío 15 minutos. Girar 90º y estirar de nuevo y doblar, siempre con la mesa enharinada. En total se repite el doblado cuatro veces. La última vez, se envuelve la masa en plástico y se deja reposar 2 horas, mejor toda la noche.
No hice fotos del proceso del hojaldrado, pero están en el hojaldre de manzana
No hice fotos del proceso del hojaldrado, pero están en el hojaldre de manzana
Relleno
- 250 g de almendras
- 2 huevos
- 160 g de azúcar
- 220 g de cerezas
Lavar y deshuesar las cerezas. Escaldar las almendras, pelarlas y molerlas. Añadir los huevos y el azúcar
Estirar la masa de 2 o 3 mm de espesor, cortar dos círculos de 28 cm de diámetro. Poner uno en la bandeja del horno, cubrir con la crema de almendra, dejando 2 cm libres alrededor. Repartir las cerezas, apretando para que se hundan un poco. Humedecer con agua el borde libre y tapar con el otro círculo, al que se habrán hecho unos cortes. Apretar los bordes con los dedos para que queden sellados. Untar con huevo batido y espolvorear con azúcar.
Cocer en el horno precalentado a 200º durante 30 o 40 minutos, hasta que esté dorado y se caramelice el azúcar.
Dejar enfriar y pasar al plato de servir con cuidado porque es muy frágil.