Estos panecillos blancos, los preparé para una cena, con la idea de servir a cada comensal su ración individual de pan. En estos tiempos en que tenemos que guardar las distancias, es más prudente manipular los alimentos lo menos posible.
Ingredientes para una docena de panecillos blancos de 50 g
- 300 g de harina de fuerza
- 90 g de masa madre
- 160 ml de agua
- 11 g de levadura
- 4 g de sal
- ½ cucharadita de azúcar
- 12 g de mantequilla
Desmenuzar la levadura en un poco de agua templada con el azúcar disuelto y esperar hasta que esponje. Mientras poner la harina en un cuenco y hacer dos hoyos, echar la mezcla de levadura en uno y la masa madre en el otro. Hacer una masa blanda con la harina de los bordes de cada hoyo. Dejar reposar unos quince minutos, añadir el resto del agua con la sal y amasar. Dejar reposar diez minutos, incorporar la mantequilla blanda y amasar de nuevo, repetir al cabo de otros diez minutos.
Mantener en sitio templado hasta que doble el volumen o bien, envolver en plástico y guardar en el frigorífico hasta el día siguiente.
Amasar ligeramente, dividir en trozos de 50 gramos. Formar bolas con las porciones de masa, colocarlas en una bandeja de horno cubierta con papel vegetal, tapar con un paño limpio. Cuando hayan crecido el doble, hacer un corte con unas tijeras afiladas y cocer en el horno precalentado a 200º durante 20 minutos.
Sacar del horno y poner a enfriar sobre una rejilla para que no se humedezcan.
Quedan unos panecillos muy ricos con una miga tierna y una corteza crujiente, creo que los 50 g se quedan un poco cortos. Estarían más equilibrados con un peso de 60 g por unidad.
Congelan muy bien y una vez descongelado en el horno o en el tostador, están como recién hechos.