El pastel de queso alemán es una de nuestras tartas favoritas, llevo años preparándola con la receta de Simone Ortega de su conocidísimo libro 1080 recetas de cocina.
Un libro que me regaló mi madre cuando me casé y que ya hace tiempo que quedó totalmente descuadernado de tanto uso.
En esta ocasión, no le puse pasas al relleno por si no les gustaban a los niños que iban a tomar la tarta.
Ingredientes para un pastel de queso alemán de 30 cm de diámetro
Masa quebrada
- 200 g de harina
- 80 g de mantequilla
- 1 yema
- 1 vasito de agua fría
- 1 cucharada de azúcar
- 1 pellizco de sal
Poner en un cuenco el azúcar, la sal y la harina, añadir la mantequilla fría en trozos. Mezclar hasta que parezcan migas. Echar la yema y a continuación el agua fría en tres veces, amasar ligeramente hasta que se forme una bola.
Dejar en frío durante media hora. Estirar entre dos hojas de papel vegetal y forrar un molde de 30 cm de diámetro. Conservar en frío mientras se prepara el relleno.
Relleno
- 250 g de requesón
- 100 ml de nata
- 100 g de azúcar
- 3 huevos
Montar las claras con la mitad del azúcar. Mezclar las yemas con el requesón y pasar por un tamiz para eliminar los grumos, añadir el azúcar y la nata.
Incorporar las claras montadas poco a poco, con movimientos envolventes.
Pinchar todo el fondo de la tartaleta para que no se infle al cocer. Rellenar con la mezcla de queso.
Cocer en el horno precalentado a 180º con calor sólo por abajo durante una hora. En el caso de que no se dorara, encender también por arriba unos minutos.
Esperar a que se enfríe, desmoldar, pasar al plato de servir y decorar aunque no le hace ninguna falta.
Los ratoncitos de mazapán están inspirados en los de Carlos Valencia. Las letras son galletas de mantequilla.