Las Pfaffenhut son unas galletas típicas del cantón de Aargau en Suiza, las probé el año pasado cuando fui a visitar a mi hijo.
Las venden en todas partes, envasadas en los supermercados y de fabricación propia en las pastelerías. Me gustaron mucho y decidí probar con esta receta a mi manera, utilizando los ingrediente que especifica el paquete (no todos, la harina de algarroba no la he podido encontrar).
El nombre pfaffenhut, que significa sombrero de cura en alemán, viene determinado por la forma de la galleta.
Pasta
- 300 g harina
- 120 g de azúcar
- 150 g mantequilla
- 1 yema
- 1 cucharada de zumo de limón
- 1 pizca de sal
Mezclar el azúcar con la mantequilla blanda (no derretida) añadir la yema, el zumo y después la harina con la sal. Si queda demasiado dura la masa añadir un poco de agua fría.Meter la masa en la nevera media hora.
Relleno
Extender la masa con el rodillo y cortar círculos de 8 cm de diámetro. Poner las galletas cortadas en la bandeja del horno cubierta con papel vegetal.
Relleno
- 80 g de avellanas
- 30 g de azúcar
- 1 yema
- 2 cucharadas de jarabe de azúcar invertido
- 10 g de cacao
- 1 cucharadita de mezcla de especias (canela, nuez moscada, jengibre…)
Moler las avellanas con el azúcar, el cacao y las especias, añadir la yema y el jarabe mezclando hasta conseguir una pasta espesa, poner una bolita de esta pasta en el centro de cada círculo, doblar tres partes de la galleta sobre el relleno como se ve en la foto.
Hornear, en el horno caliente a 180ºC, hasta que estén doradas unos 20 minutos.
Antes de separarlas de la bandeja de horno, se dejan enfriar un poco para que no se rompan.
Las galletas originales son enormes, pesan 100 g, a mi me pareció más práctico hacerlas pequeñas, las recorté en círculos de 8 cm de diámetro y resultaron ya cocidas con un peso de 30 g cada una.
Con esta cantidad de relleno salen 16 galletas y sobran unos recortes de masa que se pueden hornear solos.
Están muy bonitas y por lo que llevan dentro seguro que buenísimas. Esa es la ventaja de conocer mundo que se aprende mucho. Gracias por compartirla.
Muchas gracias por tu comentario. Cuando los hijos viven fuera, viajar es una agradable obligación.