Estas galletas se las vi por primera vez hace años a María Lunarillos y las he preparado muchas veces, pero no las había publicado. Son muy aromáticas y tiernas, sobre todo recién hechas, aunque se conservan muy bien durante varios días.
En esta ocasión les he puesto dentro una avellana entera, combina muy bien con las especias y es una sorpresa agradable encontrarla al morder la galleta.
Ingredientes
125 gr. de mantequilla
110 gr. de azúcar
1 huevo
1 cucharadita de azúcar vainillada
250 gr. de harina
½ cucharadita de nuez moscada recién rallada
¾ cucharadita de levadura
1 pellizco de sal
2 cucharadas de azúcar
1 cucharadita de canela molida
1 cucharadita harina
Mezclar el azúcar con la mantequilla a temperatura ambiente hasta que quede cremosa y después el huevo batido, añadir la harina tamizada con la sal, la levadura y la nuez moscada.
Poner un rato en la nevera.
Hacer bolas del tamaño de una nuez, introducir una avellana en cada una cerrando bien el agujero. Para que salgan todas iguales, se puede utilizar una cucharilla de helado. Cuando estén todas formadas, rebozar en la mezcla de azúcar, canela y harina.
Cubrir con papel vegetal la bandeja del horno, colocar las galletas un poco separadas y aplastarlas ligeramente, enfriar como mínimo media hora.
Cocer en el horno precalentado a 180ºC, con calor arriba y abajo, hasta que estén un poco doradas, unos 15 minutos.
Antes de separarlas de la bandeja de horno, se espera un poco para que no se rompan. Se terminan de enfriar en una rejilla.
Con estas cantidades, salen aproximadamente dos docenas de galletas.