La tarta de queso según la receta de Simone Ortega (pastel de queso alemán), nos gusta mucho en casa y la he preparado muchas veces. En esta ocasión quería hacerla diferente y he puesto cacao en la base de pasta quebrada y una cubierta de chocolate negro. La tomamos de postre cuando nos reunimos para celebrar San Antonio.
Ingredientes
Base de pasta quebrada
200 g de harina
2 cucharadas de cacao
1 yema
1 cucharada de azúcar
1 pellizco de sal
1 cucharada de aceite de girasol
1 vasito de agua fría
80 g de mantequilla
Poner la harina, la sal y el azúcar en una ensaladera, añadir el aceite y la mantequilla en dados, mezclar hasta que parezcan migas, después la yema y el agua en tres veces, hasta que se forme una bola.
Estirar la masa con el rodillo entre dos hojas de papel de horno. Poner en el frigorífico media hora.
Forrar el fondo y las paredes de un molde desmontables de 23 cm con papel vegetal, extender la masa, pinchar todo el fondo con un tenedor y poner a enfriar, mientras se hace el relleno.
Relleno
200 g de requesón
100 g queso crema
125 ml de nata
100g de azúcar
3 huevos y 1 clara
½ taza de pasas
2 cucharadas de coñac
Poner las pasas en remojo con el coñac.
Mezclar el azúcar con los quesos, añadir las yemas, pasar el conjunto por un tamiz para asegurarse de que no quedan grumos. Incorporar las claras montadas con movimientos envolventes.
Poner un poco de crema sobre la base y encima las pasas escurridas, cubrir con el resto de crema y alisar con una espátula.
Cocer 60 minutos en el horno precalentado a 180º, a los 15 minutos bajar la temperatura a 160º, dejar enfriar sin abrir el horno.
Desmoldar cuando esté completamente fría, retirar con cuidado la tira de papel vegetal que rodea las paredes y pasar al plato de servir con ayuda de dos espátulas.
Cubierta y decoración
100 g de chocolate fondant
50 g de mantequilla
20 g de queso crema
10 g de mantequilla
1 cucharada de azúcar glas
Mezclar el azúcar con la mantequilla blanda, añadir el queso y continuar mezclando hasta que esté bien integrado. Poner la crema de queso en un cono de papel vegetal o en una manga pastelera pequeña.
Fundir el chocolate con la mantequilla y remover hasta que quede una crema lisa, extender sobre la superficie de la tarta y decorar con la crema de queso, poner a enfriar para que cuaje el chocolate.
La cubierta de chocolate y la base de pasta quebrada crujiente, encierran un interior de queso tierno y jugoso, con una combinación de texturas y sabores estupenda . Fue un éxito y todos repitieron.